jueves, 1 de mayo de 2008

está[s] ahí





Quiero saltar sobre tu espalda invertebrada para quebrar las palabras vacías de sentimientos. Sigo esperando ver llover en el desierto árido y desmesuradamente desnudo de sueños. ¿No te estas dando cuenta verdad? Esto no se trata de dar volteretas en el suelo sino de darlas en los rascacielos. Respirar profundo, cerrar los ojos y encender la mecha, sólo después de esto podremos visitar los restos que quedan de las pesadillas enmascaradas que dejan desamparadas las fuerzas para recoger a lxs ángeles que caen en el fango y aunque ningúnx este echo de algodón para mi su tacto es mil veces más suave que el que parece tener las nubes. Piruletas, gominolas, caramelos y demás productos azucarados ¡Temblad porque llegan lxs mayores deboradorxs de dulces! ¡Temblad porque no sobreviviréis al ataque de los dientes de lxs vuela-cometas! Que [aunque vuestros sabores no sean los más agradables que encontrar] os quitarán las ganas de volver a embaucar a lxs demás personas. Recordad, esto no es una advertencia, es una amenaza. De rodillas frente a mi propia cara, que me mira, se burla y me saca la lengua. Así lleva haciéndolo cada noche desde que me contaste que no dormimos sino que sólo dejamos libre a nuestro gato subversivo interior que altera el curso del tiempo y hace crujir los dientes de más de unx.

1 comentario:

javixu dijo...

Me ha encantado el texto, maravilloso. La dulzura está en nuestra profundidad, no en su envoltura ni en su color.
Estoy seguro de que aquellos que ue no nos llaman la atención, son los verdaderamente maravillosos.